Si digo «la temperatura es de 26º» estoy entregando un DATO, pero si digo «la temperatura en Montevideo es de 26º el sábado 28/11/2009 a la hora 12:00» estoy entregando una INFORMACIÓN.
A esto puedo agregar que los DATOS no tienen casi ninguna utilidad mientras que la INFORMACIÓN sí puede tenerla.
Complicándola un poco más, si vemos un punto color rojo sobre una hoja blanca, no estamos recibiendo algo útil, pero si vemos millones de puntos de diferentes colores, ubicados de determinada manera sobre esa hoja blanca, podremos tener la foto de un ser querido.
Cada punto de una imagen digital (pixel) es un DATO mientras que todos juntos crean una imagen y eso es INFORMACIÓN.
En el artículo titulado El dudoso honor de ser consultados les comentaba (con otras palabras) que si bien nuestras acciones y situaciones están determinadas por fenómenos naturales, nuestros intercambios de información nos afectan, modifican, influyen.
Más recientemente, en el artículo titulado Mis moléculas aman a las tuyas, les decía que las moléculas del universo (DATOS), se mueven según ciertas Leyes Naturales para generar en cada instante un estado de cosas (INFORMACIÓN) del cual formamos parte como algo más.
En un órgano (hígado, cerebro, estómago) observamos que si tiene que aumentar su actividad en beneficio de la conservación de la vida del individuo, comienza a recibir más sangre (alimentos, calorías, oxígeno).
Conclusión: Es posible pensar que, en esta inmensidad en la que vivimos (universo), el dinero es un fluido que llega en mayor cantidad (como la sangre a un órgano) a quienes son más necesarios para la conservación de la especie.
Este razonamiento parece correcto pero las premisas podrían ser incorrectas. Si fueran correctas, la pobreza sería un fenómeno natural.
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