sábado, 1 de mayo de 2010

Que sea ideal para que no sea real

Cuando hablamos solemos usar la oración «Sería ideal que» («… salvara el examen», «… viviéramos juntos», «…me aumentaran el sueldo»).

En lenguaje coloquial alguien que así se expresa quiere decir que «le gustaría» que eso ocurriera, pero si nos apegamos a la letra podemos oír que en realidad hará lo posible para que eso no ocurra.

Esta interpretación se apoya en la creencia de que el libre albedrío es ilusorio. Si usted cree que es libre de hacer lo que se propone, descalificará esta sugerencia.

Por el contrario, si usted considera que actuamos bajo las órdenes de nuestro deseo (administrado por la naturaleza incluido el azar en todos sus aspectos), podrá comprender que cuando alguien dice «sería ideal que» lo que su deseo está dejándonos saber es que «a esa posibilidad la aceptaré sólo como algo ideal pero no como real».

La postura filosófica es determinante de cómo interpretemos la realidad.

Si pensamos que somos dueños de nuestros actos, creeremos que sólo hablamos lo que queremos decir pero si pensamos que nuestro inconsciente es quien gobierna nuestra vida, podremos aceptar que no decimos lo que queremos sino lo que él quiere que digamos.

El psicoanálisis no sirve para controlar el inconsciente sino para entender por dónde nos llevará. Esto baja la incertidumbre, disminuye la angustia y mejora nuestra calidad de vida.

En suma: Cuando escuchamos que alguien expresa que «sería ideal» tener, conseguir, hacer o cualquier otro verbo, lo que podemos estar escuchando es una declaración de que esa acción no se realizará.

Esta escucha atenta no debe excluir lo que nosotros mismos decimos, porque todo haría indicar que sabemos tan poco de los demás como de nosotros mismos.

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