viernes, 3 de febrero de 2012

La prohibición del incesto es excepcional - (Artículo Nº 152)

La prohibición del incesto es una excepción a la regla de que las prohibiciones son contraproducentes.

En otro artículo (1) les comentaba que la violencia es tan barata como ineficiente.

Hoy agrego: es ineficiente para lograr los objetivos que directamente parece proponerse pero es muy eficiente para generar los fenómenos opuestos.

Ocurre lo siguiente:

Los seres humanos queremos tener libre albedrío para sentirnos poderosos, no para sentirnos responsables y sobre todo para sentirnos diferentes de los demás seres vivos sobre quienes queremos o necesitamos sentirnos superiores.

Con esta fantasía universal en nuestras mentes, estamos durante siglos utilizando la violencia para torcer los designios de la naturaleza hasta que, pasados algunos milenios fracasando, nos preguntamos: ¿Será inteligente seguir utilizando la violencia para evitar que ocurra lo que nos molesta?

Sueño con que tendré vida para ver alguno de esos cambios hacia la persuasión, la educación, la conveniencia, con abandono progresivo de la represión, las amenazas, los castigos.

Esta distorsión mística en mi cerebro racional está alentada porque la informática realmente puede lograr sistemas de organización y administración de la convivencia que estén adaptados a lo que somos en realidad y no como hasta ahora que aplicamos la violencia para que sean los seres humanos quienes nos adaptemos por la fuerza a los sistemas como si fueran perfectos

Todo haría indicar que si quitamos la prohibición de abortar en condiciones civilizadas a quienes deseen hacerlo, la cantidad de embarazos no deseados disminuirá, la cantidad de abortos también y la muerte de mujeres disminuirá.

Todo haría indicar que si quitamos la prohibición de la venta y consumo de sustancias psicoactivas (cocaína, marihuana, anfetaminas), la demencial corrupción que genera el narcotráfico disminuirá.

La abundante población mundial indica que la prohibición del incesto es de las pocas prohibiciones que resultan sanamente estimulante.

(1) La violencia es barata pero no rinde

●●●

La venta compulsiva de ilusiones - (Artículo Nº 151)

Los gobiernos populistas les venden a los ciudadanos una sensación de bienestar a precios tan elevados que los empobrecen.

La búsqueda de la felicidad está alentada por la esperanza.

Si expresamos esto mismo en términos más gráficos, el burro (ser humano) se mueve (busca) porque persigue una deliciosa zanahoria (felicidad) que avanza junto con él (esperanza).

Tener estas creencias tan infantiles no depende ni de la inteligencia, ni de los conocimientos, ni de la madurez emocional de cada uno.

La inteligencia, los conocimientos y la madurez emocional están al servicio de buscar y encontrar argumentos que fundamenten el libre albedrío, según el cual tenemos la libertad de hacer responsablemente todo lo que queramos.

Alguien que dispone de esta ilusoria libertad, puede vivir prácticamente en la miseria con tal de creer que tiene lo suficiente para ser permanentemente feliz.

Por ejemplo, puede gastarse todo el dinero que gana en comprar bienes suntuarios (joyas, automóviles, vestimenta).

También puede canjear un trabajo de buena remuneración por otro peor pagado pero más seguro.

Pensemos así: Un trabajador cobra 1.000 en una empresa (fábrica, comercio) pero lo cambia por un empleo público donde cobra 800.

Es posible afirmar que este trabajador gana lo mismo en ambas ocupaciones aunque en la empresa estatal le cobran 200 por concepto de seguro contra riesgo de desempleo.

Parece ser una ley humana, independiente del sistema económico vigente (capitalismo o socialismo), que la seguridad (falta de riesgo), tiene un costo inevitable.

Los gobiernos populistas ofrecen a sus pueblos lo mismo que ofrecen los gobiernos no-populistas, sin embargo el resultado final es diferente.

Los gobiernos populistas les venden a sus pueblos de forma compulsiva un conjunto de sensaciones (intangibles) a precios tangibles (dinero, confort).

Estos pueblos se empobrecen porque compran obligatoriamente sensaciones de honor, esperanza, heroísmo, superioridad racial, ideológica y ética.

Nota: el vocablo «populismo» tiene muchos significados. En este artículo califica a los gobernantes que hacen decir a sus votantes: «Estamos peor pero nos sentimos mejor».

●●●