Pagar antes o después de recibir la mercancía o servicio, evidencia la confianza que se tienen los intervinientes.
Para entender nuestra psiquis, es preciso mirar detrás del «biombo».
Corresponde explicar qué es «el biombo».
Hay suficientes pruebas de que nuestras acciones están casi totalmente determinadas por nuestro inconsciente.
No sabemos por qué somos rabiosamente puntuales, aunque si nos preguntan, daremos alguna explicación coherente. Por lo tanto, la puntualidad real está detrás del biombo (por ejemplo, mamá odia a quienes llegan tarde y yo no viviría sin su amor) mientras que la explicación es un relato que hemos construido (o plagiado, copiándoselo a otros) para no mostrarnos tan superficiales, caprichosos, antojadizos.
No sabemos por qué desearíamos hacer una limpieza étnica matando a los homosexuales, aunque si nos preguntan daremos alguna explicación coherente. Por lo tanto, la homofobia real está detrás del biombo (por ejemplo, horror a la propia homosexualidad) mientras que la explicación es un relato que podrá creer nuestro público, quienes nos rodean, inclusive nosotros mismos.
Veamos un caso muy frecuente en ciertas culturas.
Ante los perjuicios sufridos con una enfermedad, algunas personas
a) contratarán los servicios de un experto que primero cobra para luego comenzar a trabajar en la curación. En muchos países esto está organizado de tal forma que los potenciales usuarios del servicio, pagan una pequeña cuota mensual por si algún día necesitaran recibir atención médica;
b) entablarán un diálogo con su dios, santo o virgen, utilizando o no los servicios de un intermediario (sacerdote), prometiéndole (al personaje imaginario) determinado sacrificio, contribución u ofrenda, si logra la curación.
Detrás del biombo, en el primer caso el curador no confía en el usuario (por eso le cobra antes) y en el segundo, el usuario no confía en el santo curador (por eso le paga según los resultados).
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