El rol reproductivo masculino es tan pasivo que está
determinado por su suegra.
Es posible mirar la realidad desde muchos
puntos de vista y desde cada uno obtendremos paisajes diferentes.
El conjunto de datos que tiene cada observador
desde su personal punto de vista, puede además interpretarse aplicando
diferentes lógicas.
Estas posibilidades son la causa de que
existan diferentes teorías, filosofías, creencias, ideologías y que todas sean
razonables, creíbles, probables.
Esta variedad de opciones pone de mal humor a
la mayoría de los ciudadanos del mundo. Para una abrumadora mayoría es
fastidioso tratar de entender cómo opinan otros pueblos, otras ideologías,
otras religiones. Por eso una mayoría adhiere a la que le parece más simpática,
a la más aceptada entre sus amigos o a la más fácil de entender.
Por ejemplo, si fuera cierto que las que
verdaderamente se encargan en un 90% de la conservación de la especie son las
mujeres (1), tendríamos que reinterpretar otros hechos.
Es probable que sean ellas las que, impulsadas
ineludiblemente por sus niveles hormonales, se aboquen a conseguir al hombre
que les provea la mejor dotación genética para gestarle hijos sanos.
Por lo tanto, los hombres jamás conquistan a
una mujer como creen sino que ellos son sutilmente convocados para realizar la
tarea de fecundar a una mujer que los eligió para satisfacer su ineludible
impulso hormonal de ser madre.
El rol activo en el fenómeno reproductivo es
netamente femenino y el rol pasivo es netamente masculino. Son ellas las que
eligen y seducen.
Sin embargo, este punto de vista incluye algo
más: Las mujeres sienten impulsos maternales después de haber terminado su
etapa reproductiva (menopausia). Por eso presionan a las hijas para que se
embaracen.
En suma: son las abuelas quienes presionan a sus hijas para que elijan,
seduzcan y copulen.
Otras menciones al concepto «rol pasivo»:
(Este es el
Artículo Nº 1.562)
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