viernes, 1 de junio de 2012

La noción infantil de «tamaño suficiente»


 
Algunos adultos creen que hacen falta un gran cuerpo y mucho dinero porque conservan la comparación con sus padres que hacían en la infancia.

En otro artículo (1) les comenté textualmente que «Muchos de nuestros criterios de valoración fueron desarrollados a edades muy tempranas y pueden permanecer vigentes toda la vida».

Esos criterios estuvieron determinados, no solamente por el discernimiento propio de los 5 años sino también por las diferencias de estatura que teníamos con nuestros padres y demás adultos significativos.

A esa edad nos gustaba jugar, es decir, divertirnos imaginando que vivíamos otra realidad y uno de los juegos consistía en imaginarnos adultos: bomberos, médicos, policías, maestros.

Como les decía en el artículo mencionado al principio, gran parte de nuestros criterios adultos no difieren mucho de aquellos que forjamos cuando éramos niños.

Algo que suele perturbar a muchos varones refiere al tamaño del pene. Si bien su función reproductiva puede ejercerse con un largo de 8 a 10 cms. en su estado de erección, algunos hombres piensan que con menos de 15 a 20 cms. no podrán reproducirse.

De manera similar les ocurre a las niñas que cuando llegan a la edad adulta se sienten inferiorizadas si no poseen senos grandes... sin darse cuenta que están haciendo comparaciones con la mentalidad de aquellas niñas cuando veían y admiraban a la madre, a las tías, a las maestras.

En suma: los resabios infantiles influyen en los adultos para suponer genéricamente que la abundancia es imprescindible para poder desempeñarse mínimamente bien: estatura, un gran pene, grandes senos y mucho dinero.

En este asunto también podemos guiarnos por lo que percibió aquel niño que fuimos, lógicamente sin dinero, siempre dependiente de unos padres que parecían ricos.

En suma: los adultos podemos ser razonablemente exitosos sin tantas «grandezas» en estatura, pene, senos y dinero.

 
(Este es el Artículo Nº 1.547)

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