viernes, 8 de febrero de 2013

Madres hay miles


Es posible pensar que madre biológica suele haber una sola y que madres no biológicas pueden haber miles.

Eso de que «madre hay una sola» es cierto hasta por ahí nomás.

La mencionada aseveración es incuestionablemente cierta desde el punto de vista biológico. Somos gestados y paridos por una sola persona... aunque algunos métodos de reproducción asistida (fecundación in vitro, por ejemplo) relativizan la cantidad de madres que uno puede tener.

En todo lo demás, esa única madre deja de ser tan monopólica porque el concepto «madre» es algo que tenemos desarrollado en nuestra psiquis, a partir de múltiples experiencias de vida, en las que pueden participar o no las madres biológicas.

Las manipulaciones que recibe nuestro cuerpo en el comienzo de la vida, son esenciales para el desarrollo corporal, especialmente a nivel del sistema nervioso, pero también sobre cómo aprendemos a amar.

Este sentimiento (el amor), es imprescindible para que podamos ser todo lo gregarios que necesitamos ser para vivir en sociedad, para integrarnos a las redes de intercambio, incluida Facebook.

La noción de «mamá» tiene a nuestra madre biológica como la principal protagonista del fenómeno «dar y recibir» amor, pero si observamos con detenimiento vemos que otras personas también participan en el desarrollo de nuestra capacidad amatoria que, como dije,  determinará nuestra capacidad de integrarnos al colectivo donde vivimos.

No solamente los familiares más allegados tienen funciones maternas (que desarrollan nuestra capacidad de amar). Los desconocidos que nos miran con simpatía, los animales con los que interaccionamos, ya sean mascotas de nuestro hogar u otros con los que nos cruzamos en la vida.

Una casa cumple roles maternos porque nos abriga, nos protege de la intemperie, se asocia a gratos momentos de reunión, de juego, de trabajo.

Madre biológica suele haber una sola y no biológicas, miles.

(Este es el Artículo Nº 1.792)


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