Quienes gustan cobrar porque se
sienten necesarios serán ricos y quienes se avergüenzan cobrando por sentirse
indeseados, serán pobres patológicos.
Muchas personas creen que sus
vidas están gobernadas por el Destino.
Por Destino puede entenderse
lo mismo que dice el Diccionario de la Real Academia Española: «Encadenamiento de los sucesos considerado como necesario
y fatal».
Estaría de acuerdo si no fuera porque parece que la serie de acontecimientos
que nos conducen es de origen misterioso, esotérico, sobrenatural.
Estoy de acuerdo si podemos aceptar que no controlamos nuestras vidas
sino que lo hace la naturaleza. En otras palabras, me parece que estamos
determinados por los fenómenos naturales (de los cuales formamos parte) y que
no hay aquí nada por encima de la naturaleza (sobre-natural), sino que más bien
no tenemos aun los conocimientos suficientes para entender por qué ocurren
algunos fenómenos que nos afectan.
En otras palabras, me parece que ignoramos pero no me parece que nuestra
falta de conocimiento obedezca a que un ser superior nos oculta la información.
Simplemente ignoramos.
Con este antecedente, pasemos
al tema propio de este blog: La pobreza
patológica.
Los humanos tenemos tres
formas de nacer:
— Porque nuestros padres «nos necesitan»
(somos deseados)
— Porque somos un accidente en la vida sexual de nuestros padres (no
somos deseados);
— Porque somos un accidente pero al final terminaron necesitándonos.
Aunque jamás sepamos qué fuimos realmente para nuestros padres, de
alguna manera sabemos qué lugar ocupamos en la vida.
— Si sentimos (intuimos) que nos necesitaron, tendremos la actitud de
cobrar por ello. Sentiremos que es lógico recibir dinero, salario, ganancias.
— Si sentimos (intuimos) que fuimos un problema, tendremos la actitud de
pagar (indemnizar) a las víctimas (padres, sociedad). Nos molestará cobrar,
recibir dinero, salario, ganancias.
Quienes
gustan cobrar serán ricos y quienes se avergüenzan cobrando, serán pobres patológicos.
(Este es el Artículo Nº 1.773)
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