lunes, 3 de septiembre de 2012

La globalización pacifista




La globalización ha disminuido tanto los rasgos que nos diferencian, que guerrear para igualarnos, casi no tiene sentido.

La brutalidad y la violencia desatada son inevitables en un ser humano que aún no ha encontrado formas más ingeniosas de resolver sus asuntos.

Un asunto tiene que resolverse cuando les causa angustia a las personas afectadas.

La angustia es un yacimiento de energía que habrá de canalizarse (descomprimirse) para resolver los factores angustiantes, siguiendo la línea del menor esfuerzo.

La angustia, como toda energía que se acumula, genera una presión que la puede convertir en explosiva (estallido social).

Les propongo un ejemplo: los humanos nos angustiamos cuando tememos quedarnos sin comida. Este factor angustiante nos moviliza como para que tomemos resoluciones en orden creciente de dificultad:

1º) hacemos compras en el supermercado;

2º) nos desplazamos hasta donde se cosechan o fabrican alimentos;

3º) hacemos una importación desde los países productores;

4º) invadimos los países productores.

De hacer compras de alimentos en plaza a invadir un país productor, hay una gran diferencia de esfuerzo.

El temor a una tercera guerra mundial quizá esté determinando que agudicemos nuestro ingenio para encontrar soluciones menos costosas, esforzadas y trágicas.

Los costos que tuvieron la primera y la segunda, fueron traumáticos.

Es probable que la globalización, (odiada por tantas personas), sea la gran solución para que ya no sea necesario arrasar los límites políticos e invadir pueblos extranjeros.

A medida que vamos perdiendo autonomía, identidad nacionalista, encierros culturales, todos nos parecemos más, nos influimos y podemos negociar sin el protagonismo de las armas.

La globalización nos hace perder amor narcisista, orgullo nacionalista, apasionamiento patriótico. Por esto es tan odiada. Los gobernantes populistas estimulan este odio para ganar adeptos.

La globalización ha disminuido tanto los rasgos que nos diferencian, que guerrear para igualarnos, casi no tiene sentido.

Otras menciones del concepto «globalización»:

     
(Este es el Artículo Nº 1.663)

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