lunes, 9 de agosto de 2010

Los enemigos benefactores

En los humanos existe un fenómeno perceptivo, muy bien estudiado por la Gestalt (1), escuela teórica alemana, que —si me permite simplificar en forma radical—, ha desarrollado sesudos estudios sobre porqué percibimos mejor lo blanco cuando está rodeado de negro ... y a partir de ahí, todas las infinitas combinaciones de contrastes sensoriales e intelectuales que puedan existir.

Este característica nuestra nos lleva a preferir y buscar aquellos valores que denominamos genéricamente «positivos», exclusivamente porque existen los valores que denominamos genéricamente «negativos».

Aunque está en nuestra intención hacer desaparecer todo lo que nos molesta, es una suerte que no podamos lograrlo, porque quedaríamos totalmente desorientados. Equivaldría a una ceguera, como si todo fuera color blanco y nos quedáramos sin los imprescindibles contrastes que necesitamos para percibir.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, he llegado a elaborar la hipótesis de que Cuba tiene el gobierno que tiene porque a Estados Unidos le conviene, sobre todo a partir de que se terminó la guerra fría, cayó el Muro de Berlín y la URSS dejó de trabajar como elemento de contraste necesario para realzar la figura de los norteamericanos.

Esta hipótesis incluye suponer que el libre albedrío es ilusorio y también que estamos determinados por la naturaleza a travéz de los designios inconscientes, que son los que efectivamente nos ordenan qué hacer.

Por lo tanto, nadie es consciente de esta política internacional que incluye un bloqueo comercial, pobreza, el gobierno vitalicio de un blanco sobre una mayoría de negros y demás características de esta longeva situación.

Ahora estamos asistiendo a un período de cambio.

Como Fidel Castro se aproxima a su muerte, Estados Unidos (inconscientemente), está criando un sucesor.

Efectivamente: Hugo Chávez, es un buen cadidato para reemplazar a Fidel Castro en su tarea de preservar nuestra percepción de grandiosidad de Estados Unidos.

(1) Felizmente existen los feos
Mejor no hablemos de dinero
La indiferencia es mortífera
«Obama y yo somos diferentes»

«Soy fanático de la pobreza»
El diseño de los billetes
Amargo con bastante azúcar
El desprecio por amor

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