viernes, 2 de mayo de 2014

Izquierda y medicina




Probablemente así opinan muchos médicos: Como para morir hay que estar vivos, entonces la mejor fórmula para no tener problemas de salud es vivir con la menor intensidad posible. Cuanto más cerca estemos de la muerte menos problemas tendremos con la vida.

La medicina imagina a la sociedad donde ejercen su profesión como una gran cantidad de ejemplares que deben ser atendidos colectivamente, aunque parezcan ser atendidos uno por uno.

Ellos determinan qué no le hace mal al más débil de nosotros y esa es la política sanitaria que nos aplican a todos.

¿Por qué aplican este criterio tan restrictivo? Porque lo fundamental es que ellos no tengan denuncias por mala praxis. Alguien denominó a este criterio como medicina defensiva. La filosofía no podría ser más conservadora.

Muchos ciudadanos creen que cuanto más restrictiva es la política sanitaria mejor nos cuidan. Quizá sean personas que anhelan un cónyuge celoso porque suponen que la represión es un indicador de amor. Más aun: sería coherente con esta forma de pensar que ellos mismos, (quienes interpretan que los celos son una buena señal), desearían encarcelar a quien aman, para que no se les escape, para que siempre lo tengan bajo control.

Así funcionan los regímenes despóticos, esa es la vocación de los gobernantes de izquierda y también es la práctica de los sistemas de salud. El control policíaco de los usuarios hará que estos nunca tengan problemas y que nunca se les ocurra denunciar si algo sale mal, pues sus personalidades son llevadas a la máxima sumisión y temor. Los médicos dicen, sugieren o amenazan con que los desobedientes serán severamente castigados cuando necesiten la ayuda profesional.

Por lo tanto, así como los gobiernos de izquierda no tienen una idea mejor que emparejarnos económicamente hacia abajo, los médicos autoritarios y que cuidan su parcela de poder, nos imponen regímenes tan estrictos como el que no les haría daño al más débil de los usuarios.

Como para morir hay que estar vivos, entonces la mejor fórmula para no tener problemas de salud es vivir con la menor intensidad posible. Quizá piensen que, cuanto más cerca estemos de la muerte menos problemas tendremos con la vida.

(Este es el Artículo Nº 2.187)

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