domingo, 2 de marzo de 2014

Socialismo, capitalismo y envidia


El socialismo y el capitalismo son estilos de organización social determinados por la administración de la envidia que todos sentimos, lo aceptemos o no.

Cuando pensamos en organizar la sociedad (el colectivo en el que vivimos), tenemos dos opciones:

1) Desarrollamos un Estado que acumule, guarde y administre la mayor cantidad de la riqueza que todos producimos (socialismo); o

2) Dejamos que los ciudadanos tengan la libertad de acumular la cantidad de dinero que sean capaces (capitalismo).

Puesto que ambas opciones tienen aspectos positivos y negativos, difícilmente encontremos colectivos que hayan elegido uno solo con exclusión del otro (Cuba y Corea del Norte funcionan con regímenes exclusivamente socialistas). Salvo estas dos raras excepciones, los pueblos optan por una organización básicamente socialista con rasgos capitalistas (China, Brasil, Argentina) o una organización básicamente capitalista con rasgos socialistas (Estados Unidos, Francia, Inglaterra).

Comentaré un inconveniente y una virtud de uno y otro sistema de organización, considerando que la envidia es un sentimiento universal que nos influye individual y colectivamente, pero cuya existencia solo aceptamos en los demás y difícilmente en nosotros mismos.

Socialismo:

Virtud: Los ciudadanos envidiosos (la mayoría absoluta), no sufren pensando que un ciudadano de carne y hueso como ellos posee una gran fortuna. Los envidiosos jamás envidiarían la riqueza del Estado, solo envidian a personas como ellos mismos;

Defecto: Las personas de carne y hueso que administran la fortuna del pueblo, no la cuidan, tratan de apropiarse de ella (robarla) o la despilfarran pues no les costó crearla. Otros fueron quienes trabajaron, produjeron y ahorraron.

Capitalismo:

Virtud: Los ciudadanos envidiosos tienen la oportunidad de calmar su mortificación procurando obtener mediante su esfuerzo aquello que otros tienen y ellos desearían tener. La envidia en el capitalismo es un factor estimulante de la producción, de la competencia, del crecimiento tecnológico y de la prosperidad. Sus fortunas son administradas con gran celo, no hay despilfarros y las fuentes de trabajo que crean (con fines de lucro) están administradas tratando de estimular la máxima productividad de los recursos;

Defecto: Siempre está presente el peligro de que algunos agentes económicos abusen de su poder económico explotando desconsideradamente a los trabajadores. El individualismo, la mezquindad y el afán de lucro crean sociedades donde los menos favorecidos (niños, ancianos, enfermos) corren serios riesgos de perecer.

(Este es el Artículo Nº 2.117)


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