martes, 3 de diciembre de 2013

‘Ser humano’ también es un título

  
Aunque estudiamos para desarrollar una vocación, estudiamos fundamentalmente para que la sociedad que integramos nos reconozca como SERES (humanos).

Si bien todos tenemos dudas sobre qué fue primero, si el huevo o la gallina, padezco una duda similar cuando me pregunto si los humanos actuamos como se nos ocurre —y luego describimos con palabras de nuestro idioma eso que hicimos—, o por el contrario, es el lenguaje el que nos obliga a realizar ciertas acciones.

Me explicaré de otra forma:

Cuando estudiamos hasta terminar una carrera de abogacía, alfarería o diseño, podemos decir ante los demás, sin que nadie tenga derecho a contrariarnos: «Yo SOY abogado», «Yo SOY alfarero» o «Yo SOY  diseñador».

Mi duda está en si alguien estudió lo que estudió porque le gustaba, porque se le ocurrió, porque no tuvo nada mejor para hacer o, por el contrario, estudió lo que estudió porque necesitaba poder decir, sin que nadie tuviera derecho a contrariarlo, «Yo SOY (abogado, alfarero o diseñador)».

Aunque parece obvio que todos estudiamos porque se nos ocurre, (para lo cual decimos que estudiamos según nuestro libre albedrío), es admisible la suposición de que estudiamos, en primer lugar, porque necesitamos SER ante los demás, necesitamos ser reconocidos, porque a pesar de que nos sentimos con vida anatómica, algo nos lleva a buscar el reconocimiento de nuestro semejantes dentro del colectivo que integramos.

Como no creo que seamos tan libres como para hacer lo que se nos ocurre, tiendo a pensar que somos seres gregarios, que dependemos en gran medida de sentirnos integrantes de algún colectivo (familia, equipo deportivo, nación).

Si esto fuera cierto (que somos profundamente sociales y escasamente autosuficientes), entonces, cuando buscamos una identidad que los demás nos reconozcan, lo que hacemos es un esfuerzo para SER (abogados, alfareros, diseñadores). Necesitamos titularnos como SERES (humanos).

(Este es el Artículo Nº 2.087)


No hay comentarios: