Los varones fértiles fecundan a mujeres cada vez más
jóvenes porque las nuevas futuras madres lo eligen para embarazarse.
Quienes acostumbran viajar por
sus propios medios en rutas desconocidas, saben cuánto tiempo se pierde al
ingresar en una entrada equivocada.
En las redes viales muy
complicadas, los tréboles o cambiadores son fatales. Si bien están ubicados en
la senda para tránsito lento, el tiempo no alcanza para leer y entender las
señalizaciones... en caso de que existan.
Algo similar ocurre cuando la
premisa de nuestras reflexiones es equivocada.
Estas equivocaciones son
propias de los problemas de matemática, tan fastidiosos para el 101% de los
humanos, pues algunas soluciones solo son accesibles orientando la búsqueda por
un único sendero de razonamientos.
Me interesa comentar sobre un
prejuicio, (premisa equivocada), muy difundido según el cual los varones
prefieren vincularse eróticamente con mujeres más jóvenes.
Esta creencia suele enunciarse
con un dejo de burla, sarcasmo y condena a los varones avivados, abusadores y eventualmente
despreciativos de su esposa anterior.
Según mi hipótesis esto quizá sea así pero existe un hecho
poco conocido que le da un giro importante al prejuicio.
Como he mencionado en otros artículos (1), son las mujeres
quienes eligen al varón que prefieren como padre de sus hijos.
Cuando ellas son ingresadas por la Naturaleza en el plan
reproductivo que las hormonas determinan, eligen a algún varón de su entorno
quien casi inevitablemente buscará la manera de fecundarla porque de no hacerlo
se sentirá muy mal. El deseo inspirado por ella se vuelve mortificante cuando
no puede satisfacerse haciéndole el amor.
Cumplida esta necesidad de la mujer, el hombre queda
certificado como «fértil» y otras mujeres más jóvenes, al ser ingresadas por
la Naturaleza en el plan reproductivo que las hormonas determinan, lo podrán
elegir como padre de sus hijos.
(Este es el Artículo Nº 1.852)
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