Las declaraciones voluntaristas de Ban Ki-moon son, para los
más desfavorecidos económicamente, como un salvavidas de piedra para quien se
está ahogando.
El secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon (nacido en Corea del Sur en 1944), en un mensaje para conmemorar el Día
Mundial de la Justicia Social, indicó que la brecha entre ricos y pobres se
expande no sólo entre países, sino también dentro de estos. Destacó que las circunstancias
en que una persona nace, donde vive o a qué género o grupo étnico pertenece no
deben nunca determinar el nivel de sus ingresos o su acceso a la educación,
servicios de salud, trabajo decente, vivienda, agua potable o participación
política.
Esta información la extraje del diario digital El
Arsenal.net, en su edición del 24-02-2014.
Es importante que exista un Día Mundial de la Justicia
Social para asegurarnos de que la INjusticia social tendrá larga vida, en tanto
este objetivo (lograr la Justicia Social) nunca podrá ser alcanzado dedicándole
un día por año.
Al día siguiente de realizar los actos protocolares que se
acostumbran en estos organismos mundialmente inútiles, todos habremos lavado
nuestros pecados y seguiremos participando en la Injusticia Social, aunque solo
sea como testigos irresponsables, es decir, cómplices.
¿Así que, según Ban Ki-moon, las circunstancias en que uno
nace, dónde vive o a qué género o grupo étnico pertenece, no deben nunca
determinar el nivel de sus ingresos o su acceso a la educación, servicios de
salud, trabajo decente, vivienda, agua potable o participación política?
Parecería ser que “no deben nunca determinar” porque él lo
dice, como un Dios que dijera “Hágase la luz” (y la luz se hiciera).
Los hechos parecen insistir en que todos esos factores que
Su Majestad de la ONU enumeró, sí determinan y lo hacen fuertemente.
Propongo pensar que estos disparates sean desoídos, que no
formen parte de lo que hablamos y escribimos para que las cosas mejoren.
¿Cuánto tiempo perdemos anestesiados por una alocución tan fuera de lugar, por
el solo hecho que proviene de una personalidad importante?
Lo que dice Ban Ki-moon equivale a decir que las
circunstancias personales nunca deben determinar cómo nos va en la vida. Para
él, no es relevante ser católico en Israel, enano en los países nórdicos, tonto
en una colectividad híper-competitiva, homosexual en una comunidad homofóbica,
torpe pero con vocación deportiva, sordo o miope en cualquier país.
Según este gran personaje de una gran institución (lo digo
con ironía), ninguna diferencia debe importarnos porque para eso están las
intenciones igualitarias de los híper poderosos y voluntaristas.
Este tipo de declaraciones son, para quienes sufren la peor
parte de las desigualdades en la distribución de la riqueza, como tirarle un
salvavidas de piedra a quien se está ahogando.
(Este es el Artículo Nº 2.132)
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