domingo, 2 de marzo de 2014

La voluntad de los poderosos


Las declaraciones voluntaristas de Ban Ki-moon son, para los más desfavorecidos económicamente, como un salvavidas de piedra para quien se está ahogando.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon (nacido en Corea del Sur en 1944), en un mensaje para conmemorar el Día Mundial de la Justicia Social, indicó que la brecha entre ricos y pobres se expande no sólo entre países, sino también dentro de estos. Destacó que las circunstancias en que una persona nace, donde vive o a qué género o grupo étnico pertenece no deben nunca determinar el nivel de sus ingresos o su acceso a la educación, servicios de salud, trabajo decente, vivienda, agua potable o participación política.

Esta información la extraje del diario digital El Arsenal.net, en su edición del 24-02-2014.

Es importante que exista un Día Mundial de la Justicia Social para asegurarnos de que la INjusticia social tendrá larga vida, en tanto este objetivo (lograr la Justicia Social) nunca podrá ser alcanzado dedicándole un día por año.

Al día siguiente de realizar los actos protocolares que se acostumbran en estos organismos mundialmente inútiles, todos habremos lavado nuestros pecados y seguiremos participando en la Injusticia Social, aunque solo sea como testigos irresponsables, es decir, cómplices.

¿Así que, según Ban Ki-moon, las circunstancias en que uno nace, dónde vive o a qué género o grupo étnico pertenece, no deben nunca determinar el nivel de sus ingresos o su acceso a la educación, servicios de salud, trabajo decente, vivienda, agua potable o participación política?

Parecería ser que “no deben nunca determinar” porque él lo dice, como un Dios que dijera “Hágase la luz” (y la luz se hiciera).

Los hechos parecen insistir en que todos esos factores que Su Majestad de la ONU enumeró, sí determinan y lo hacen fuertemente.

Propongo pensar que estos disparates sean desoídos, que no formen parte de lo que hablamos y escribimos para que las cosas mejoren. ¿Cuánto tiempo perdemos anestesiados por una alocución tan fuera de lugar, por el solo hecho que proviene de una personalidad importante?

Lo que dice Ban Ki-moon equivale a decir que las circunstancias personales nunca deben determinar cómo nos va en la vida. Para él, no es relevante ser católico en Israel, enano en los países nórdicos, tonto en una colectividad híper-competitiva, homosexual en una comunidad homofóbica, torpe pero con vocación deportiva, sordo o miope en cualquier país.

Según este gran personaje de una gran institución (lo digo con ironía), ninguna diferencia debe importarnos porque para eso están las intenciones igualitarias de los híper poderosos y voluntaristas.

Este tipo de declaraciones son, para quienes sufren la peor parte de las desigualdades en la distribución de la riqueza, como tirarle un salvavidas de piedra a quien se está ahogando.

(Este es el Artículo Nº 2.132)


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