Quizá necesitemos ignorar por qué existe la
desigualdad socio-económica generadora de ricos y de pobres.
Les planteo una hipótesis que
podría explicar la existencia de la pobreza.
1) Aunque somos animales
mamíferos como tantos otros (perros, gatos, caballos), ninguna de las otras
especies sufre tanta desigualdad en la disponibilidad de recursos como sufrimos
los humanos. Por lo tanto, además de diferenciarnos porque hablamos, hacemos
grandes construcciones y vivimos muchos años, también nos caracterizamos porque
entre nosotros existen desigualdades significativas en la posesión de bienes;
2) Aunque existen muchas
especies, —mamíferas o no—, que son gregarias (que viven en grandes
comunidades), los humanos funcionamos como un todo, es decir, mantenemos una
interacción entre los ejemplares que nos lleva a funcionar como si la especie
fuera un gran organismo, que tiene cabeza, cuerpo, órganos vitales, aparato
circulatorio;
3) Por esta condición de
formar un gran organismo, cada uno de nosotros participa (sin darse cuenta)
ejerciendo algún rol, ya sea de mando, de ejecución, de administración, de
combate, de salvataje, de gestación de nuevos ejemplares, de curación, de
legislación, y muchos otros;
4) Por esta condición de
formar un gran organismos y de tener asignados roles, también tenemos asignados
recursos materiales que determinan nuestras condiciones de vida. Sin que aun
podamos explicarlo, muchos tienen que ser pobres, muchos menos tienen que ser
ricos y varios tienen que tener posesiones de nivel intermedio.
Proporcionalmente, muy pocos ejemplares migran de una condición a la otra,
aunque todos deseamos la riqueza y huimos de la pobreza.
Como en un organismo humano,
el aparato circulatorio de la especie nos asigna desiguales cantidades de
sangre a cada ejemplar-célula.
En suma: así funciona nuestra especie. Esa
desigualdad nos provoca reacciones necesarias para el funcionamiento orgánico.
Si encontráramos una explicación satisfactoria sufriríamos un daño importante
porque una parte de la energía vital surge de la disconformidad y de luchar por
mejorar o defender nuestra situación. La incomprensión del fenómeno nos
mantiene activos. Si lo entendiéramos perderíamos esa parte de la energía
vital.
(Este es el Artículo Nº 2.133)
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